En numerosas ocasiones las cabeceras de los telediarios nos traen imágenes impactantes donde vemos tremendas riadas llevándose todo lo que encuentran por delante, vientos huracanados arrancando cubiertas de naves industriales como si de una hoja de papel se tratase, o los espectaculares ríos de lava del volcán de La Palma engullendo y enterrando casas y campos que con tanto esfuerzo sus propietarios habían conseguido. Y sin demora se solicita la declaración de “zona catastrófica”, una figura de ayuda a quienes han sufrido daños, que requiere de una dotación presupuestaria que, en ocasiones, esa necesitada ayuda llega muy tarde a los afectados.
Sin embargo existe una entidad pública que indemniza los daños a los afectados por un fenómeno atmosférico extremo y otros fenómenos como terremotos o erupciones volcánicas con una gran efectividad: el CONSORCIO DE COMPENSACIÓN DE SEGUROS (CCS). Y es que del total de lo que pagamos por nuestra póliza de seguro de coche, hogar, empresa, etc., una parte de esa prima va al CONSORCIO con la función solidaria de crear un fondo para aquellos fenómenos que las compañías aseguradoras no quieren cubrir o de cubrirlos lo harían a un precio muy elevado.
Uno de esos fenómenos son las inundaciones, por ejemplo, las provocadas por las riadas extraordinarias del río Ebro. Los esfuerzos del Estado en esas riadas es proteger a las poblaciones, pero existen innumerables instalaciones de agricultores y ganaderos fuera de los núcleos de población que quedan a merced del aumento del nivel del agua. En esos difíciles momentos es cuando actúa la cobertura del Consorcio de Compensación de Seguros para cubrir los daños que la inundación ha provocado en la explotación agropecuaria. Y si desafortunadamente, no se han podido rescatar previamente a los animales y éstos mueren ahogados, éstos estarán cubiertos por la línea de Agroseguro que corresponda a su especie.
Otros fenómenos que estamos sufriendo cada vez con mayor frecuencia son las “cédulas tormentosas” o “supercédulas” que desencadenan grandes tormentas con una gran descarga de agua acompañada generalmente de fuertes vientos en zonas muy concretas y en cortos espacios de tiempo. La más reciente y mediática fue la del pasado 6 de julio de 2023 en las inmediaciones del Barranco de la Muerte de Zaragoza. En apenas 40 minutos cayeron 35 litros por metro cuadrado. Una intensidad imposible de asumir por la red de sumideros y que convirtió en un torrente la Z-30 arrastrando a numerosos coches que en esos momentos circulaban por la vía. Previamente el agua causó graves daños a instalaciones públicas, como un colegio y la Policía Local, además de a empresas, garajes, locales comerciales, etc. También en esos duros momentos actúa la cobertura del Consorcio de Compensación de Seguros.
Por lo tanto, podemos ver con sólo estos dos ejemplos que la existencia del Consorcio de Compensación de Seguros tiene una importancia vital para garantizar la continuidad de una empresa tras un fenómeno atmosférico extremo, o de devolver la estabilidad a una familia que lo ha perdido todo. Es por ello que la cobertura del Consorcio se ha convertido en una de las más importantes a la hora de contratar un seguro para tu coche, tu casa o tu empresa, y únicamente tienen acceso a esta importante cobertura a través de la contratación de una póliza de seguro.
Marcos Serret Gasulla – Peinsurtech Arcoíris